"Los venezolanos somos frívolos"

José Rafael Briceño, profesor de oratoría de la organización Miss Venezuela

Durante meses, el profesor universitario entrena a las misses para enfrentar al jurado y desenvolverse ante los medios (Cortesía prensa UCAB)

Pocos momentos son tan esperados en la noche del Miss Venezuela como la ronda de preguntas a las aspirantes del título de belleza más importante del país. Aplaudidas, criticadas, las 28 participantes deben luchar contra la historia y demostrar inteligencia y agudeza frente a las interrogantes. Para su infortunio, no siempre pasan la prueba con éxito.

El profesor de varias cátedras en la Universidad Católica Andrés Bello y especialista en Comunicación Oral, José Rafael Briceño, tiene cinco años trabajando para la Organización Miss Venezuela y preparando a las mujeres más bellas en el arte de hablar con elocuencia.

-¿Ya las misses están preparadas para contestar las preguntas?

-Para responder esta pregunta necesito medir cómo se sienten ellas aquí en Maracaibo, generalmente trabajamos en Caracas. Pienso que el número de personas que constantemente está con las muchachas va a ser menor. Siento que no están absolutamente preparadas, aunque eso solo se sabe la noche final porque no imagino cómo reaccionarán a los nervios de los últimos días. Hay managers que insisten en darles clases en la noche y lo que hacen es agotarlas.

-¿Qué encontrará Venezuela en el certamen este año?

-El cuadro de favoritas no está claro, porque generalmente, año a año, se ven 8 ó 9 y se dice que ahí está la Miss Venezuela. Los grupos de las rubias y de las morenas están muy fuertes. La competencia está muy reñida y hay fenotipos muy variados; las muchachas de Barinas y Monagas son prácticamente unas chinas que bien podrían ser representantes de la India o Filipinas.

-¿Las respuestas de las misses son un reflejo de los venezolanos?

-Es muy difícil para las chicas representar todo lo que piensa la mujer venezolana, eso es imposible porque la fémina criolla tiene muchas opiniones, en todo caso, lo que sí tienen que reflejar es su temple, su capacidad de sonreír y perseverar ante las dificultades. Yo estoy haciendo un gran esfuerzo en eso y ellas también. La gente siempre va a sentir que uno es el culpable, que no se les preparó bien, pero deben tener claro que hablamos de muchachas con un rango entre 19 y 25 años paradas ante un público de más de 4.000 personas y millones de televidentes en vivo. Las preguntas están para que, con todo y entrenamiento, las misses que no logren aguantar la presión queden fuera del cuadro porque no tienen las cualidades que hacen falta para acudir a un concurso.

-¿El Miss Venezuela representa a los venezolanos?

-Yo creo que sí, los venezolanos somos frívolos en el mejor sentido de la palabra y tiene la suficiente madurez para no tomarse demasiado en serio. La gente que se toma en serio peca de soberbia y pienso que ese elogiar la belleza, la diversión, la frescura, el apreciar el lado simplemente sensual de la vida es una parte de lo que somos y, en la medida en la que lo neguemos, nos estamos negando nosotros mismos; no es todo lo que es Venezuela. Venezuela también es el ingeniero líder del grupo de exploración en Chile, Venezuela es (Gustavo) Dudamel, Venezuela son muchas cosas, pero también esa coquetería y apreciar una mujer. Si nos queremos pegar en ese movimiento tonto de que prestarle atención a la apariencia física es una señal de superficialidad, es una pérdida para el país. Una de las cosas hermosas que tenemos es que le prestamos atención a esos detalles.

-¿Venezuela sigue siendo tan conocida por sus misses o ahora es más identificada con (Hugo) Chávez?

-El país sigue siendo más que identificado con mujeres bellas y prueba de ello es que teniendo las dos Miss Universo que tenemos ahora (Dayana Mendoza y Stefanía Fernández), la presencia de las venezolanas en las pasarelas internacionales es fortísima. Hace poco vino una representante de Unicef a dar una charla sobre Derechos Humanos y le confesó a las muchachas que lo único que ella sabía de Venezuela era que teníamos las mujeres más bellas del planeta. Lo cierto es que pasarán muchos presidentes, pero el Miss Venezuela seguirá aquí.

-¿No debería trascender el certamen?

-La trascendencia no está limitada por el tiempo y el espacio, el Miss Venezuela es un evento que ocurre año a año y al que los venezolanos le damos importancia; trascendente debería ser en nuestro país la creencia en un futuro construido juntos. ¿Trascendente es la final del beisbol? No, quizás en 50 años nadie se acuerde lo que ocurrió. ¿Y eso le quita importancia? Claro que no, porque es un momento del año que esperamos y la feminidad es uno de los elementos más interesantes de Venezuela. La mujer venezolana supo decirle al mundo que no tenía por qué masculinizarse para volverse fuerte, que podía ser bella, coqueta, agradable, preocuparse por su apariencia física y eso no le quitaba capacidad para ser gerente, ser una excelente empresaria o llevar un negocio. La venezolana es una líder.

-¿Convertirse en un no está demodé? reality show

-En el caso del Miss Venezuela, más que un reality show, es una documentación de todo el proceso y me parece que, hasta el momento, ha sido hecho con buen gusto. Creo que los capítulos mas importantes de Más allá de la belleza son aquellos que, aparte de la echadera de broma que puede haber en las entrevistas, las muchachas pueden hablar de su vida personal y de quienes son y esa es la ventaja que ofrece este programa, que verdaderamente conozcan esa dimensión humana.

-¿Y cómo es una miss de verdad?

-Son jóvenes que han sacado una carrera o dos, han estudiado afuera, han tenido que llevar sus hogares porque sus padres no están y ellas son las que han tenido que encargarse de sus hermanas y de su casa, trabajan desde temprana edad y además incursionaron en este oficio. La mayoría de las veces la gente se queda con la imagen de que son unas superficiales para sentirse bien si tienen algún defecto, sentir que, por lo menos, tienen un alma plena y ellas no, lo cual me parece una forma un poco hasta morbosa de ver el concurso. Me parece importante sintonizar el show para que los televidentes acepten que las misses son una muestra de la mujer venezolana; que no vive en un hogar ideal, en una familia estructurada sino que ha creado un hogar ideal en unas circunstancias sumamente adversas.

Entrevista realizada por YOLIMER OBELMEJÍAS VALDEZ  del periodico el universal
Publicado el 26 de octubre del 2010
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